Vivir...



Una parte esencial de mi evolución en los últimos años, se podría resumir, o más bien destacar, en la importancia de vivir el “aquí y ahora”, palabras que te traen al momento presente cuando invaden tu mente, pero que en ocasiones y circunstancias, se evaden dejando paso a otro tipo de pensamientos menos deseables. 


Ojalá fuera tan sencillo de mantenerlas vivas tal y como presionar un botón de encendido/apagado, pero por suerte o desgracia, es más bien algo que debemos mantener consecuente en todo momento, si no queremos olvidarnos de lo importante que es “vivir”. 


Curiosamente tenemos la tendencia de olvidarnos de ello… de vivir me refiero, pasando más bien a la tendencia de “sobrevivir”, pero no voy a entrar en detalles de porqué ni qué consecuencias trae esto último…


Hoy especialmente, estoy más sensible y dispuesta a valorar y dar la tremenda importancia de no olvidarnos de vivir… 


Pero… ¿qué significa realmente vivir? Si buscáramos un significado o respuesta en enciclopedias o en “san Google bendito” (como a mi me gusta llamarlo), tendríamos cientos de definiciones diferentes, cada una a cual más subjetiva dependiendo de la voz o mano de la que salga, pero entre tantas, hubo una que me gustó por su simplicidad y fácil entendimiento…


“Estar en el momento, despierto, vivo y ser capaz de disfrutar de las cosas ahora

No preocuparse por el pasado ni posponer la felicidad a un futuro lejano”


Fácil de entender ¿no?

Deberíamos cuestionarnos qué porcentaje de nuestro día, invertimos realmente en “disfrutar el ahora” sin preocuparnos por el pasado o futuro, pues al fin y al cabo, es únicamente en el momento presente, donde se puede hallar la auténtica felicidad…


Siempre sonará a tópico, pero quizás la forma más drástica de entender que la vida se va cuando menos te lo espera, es cuando toca vivir la muerte de alguien de tu entorno, aún más cuando es de forma drástica y por sorpresa. Ahí, por unos frágiles instantes, te das cuenta de que cuando menos te lo esperas, la vida se puede apagar de forma permanente. Te hace entender que hoy somos y mañana podemos no existir… ¿que desearías ser en los últimos instantes de tu vida?


Lamentablemente sabemos cuando nacemos, pero no cuando morimos… y al fin y al cabo, no podremos llevarnos los tesoros acumulados… tan solo podremos llevarnos las experiencias que hayamos “vivido”.


Ojalá que cuando nos toque nuestro momento, podamos mirar en un ápice de segundo hacia atrás, y sonreír con orgullo por nuestras vivencias, acciones y palabras… 


Que la vida nunca te pille por sorpresa con palabras no dichas y acciones no realizadas… 

(por todos aquellos que ya no se encuentran vivos...)



Tu esencia, ahora forma parte de mi ser y te mantendrá siempre en el recuerdo,

ese será mi eterno regalo ...

☯️💞♾


Comentarios

Entradas populares de este blog

Crónicas de un año para el renacimiento...

La oveja descarriada...

¡Que viva la mierda!